jueves, 4 de agosto de 2011

LA FLOR AZUL

Friedrich Leopold von Hardenberg, conocido con el seudónimo de Novalis, dedicó su vida a loar su amor por Sophie von Kühn que murió a la edad de quince años. “Himnos a la noche” (1800) expresa su desolación ante la muerte de Sophie pero al mismo tiempo su creencia en la muerte como un renacimiento místico. En la novela inacabada “Enrique de Ofterdingen” (publicada póstumamente en 1802) creó el símbolo de la flor azul (Die blaue Blume), que representaba el secreto del arte y el deseo del héroe de hacer del mundo un lugar de belleza a través de la imaginación. La flor azul se convirtió en el símbolo romántico de lo imposible.
            El cuadro “La flor azul” es un óleo sobre lienzo de 84X66 cm. Lo curioso es que cuando lo pinté, en 1988, yo era muy jovencito y no sabía nada de Novalis. En fin, los “Himnos a la noche” y “La flor azul” llegarían a mi mente por la misteriosa vía de los arquetipos junguianos. O bien, si echamos mano de una psicología más ortodoxa, por un magma cultural omnipresente que nos penetra sin saberlo a través de películas, revistas o lecturas varias.

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